Avicultura

Mycoplasma gallisepticum: cómo afecta la producción avícola

8 diciembre 2021

Las bacterias del género Mycoplasma se consideran uno de los patógenos más preocupantes en la avicultura. El Mycoplasma gallisepticum, por ejemplo, es el causante de la enfermedad respiratoria crónica y la sinusitis infecciosa, dos enfermedades que comprometen gravemente la salud de las aves y, como consecuencia, afectan la producción, principalmente de gallinas ponedoras. Para entender mejor este tema, conversamos con el biólogo especialista en avicultura Francisco Ríos sobre el impacto de esta bacteria y la importancia de la vacunación como medida preventiva en gallinas ponedoras.

gallina ponedora
La bacteria Mycoplasma gallisepticum causa complicaciones sistémicas que afectan directamente la producción de huevos

Mycoplasma gallisepticum causa enfermedad respiratoria crónica, sinusitis infecciosa y riesgo de complicaciones secundarias

Mycoplasma gallisepticum es el agente etiológico de la enfermedad respiratoria crónica y la sinusitis infecciosa, que a pesar de ser conocidas como enfermedades respiratorias, tienen un efecto sistémico severo en las aves. Por otro lado, el cuadro de la infección se vuelve aún más preocupante cuando se descubre que la bacteria es peligrosa porque también pone a las gallinas en mayor riesgo de desarrollar complicaciones secundarias. Mycoplasma gallisepticum se caracteriza por ser el agente principal que hace que la gallina sea más susceptible a otros agentes, como la bacteria Escherichia coli, que causa infecciones secundarias graves.

»Al afectar a las células epiteliales, causa ciliostasis. Este mecanismo es el responsable de la expulsión de las impurezas que se depositan en el moco secretado por otra línea celular. Si el moco no se expulsa, se convierte en una fuente de nutrientes para las bacterias patógenas. Otros agentes, como los virus, tampoco serán expulsados, lo que hará que aumente su número. Sin embargo, Mycoplasma gallisepticum también es un agente primario, ya que causa la enfermedad por sí solo. Las infecciones secundarias son simplemente huéspedes que se aprovechan de los dispositivos de protección mutilados que tiene el pollo», detalla el biólogo.

Las gallinas ponedoras son las más afectadas puesto que el Mycoplasma gallisepticum afecta la calidad de los huevos

Como se indicó anteriormente, el agente Mycoplasma gallisepticum tiene un efecto sistémico. En otras palabras, las consecuencias de la infección afectan a todo el organismo, y no solo al tracto respiratorio, como podría entenderse por la nomenclatura de la enfermedad respiratoria crónica y la sinusitis infecciosa. Dicho esto, uno de los principales efectos secundarios causados ​​por la bacteria es la deformación y adelgazamiento de la cáscara de los huevos. Estos huevos no se pueden comercializar, lo que resulta en grandes pérdidas económicas para la granja.

»El Mycoplasma gallisepticum es un organismo bacteriano que tiene una gran afinidad por el tejido epitelial. Durante una infección activa, una vez que llega al oviducto, este afecta a todo el epitelio, incluida la zona que produce la cáscara del huevo, resultando así en una alteración de la calidad de la cáscara, que incluye deformación, deposición irregular de calcio, pero mayormente, adelgazamiento de la cáscara; y en huevos frágiles», explica Ríos.

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La prevención debe realizarse mediante la vacunación de gallinas ponedoras

Es necesario prevenir y combatir la incidencia de Mycoplasma gallisepticum en la granja para no comprometer la salud de las aves y evitar pérdidas en la producción. El especialista avícola dice que la administración de vacunas vivas en gallinas ponedoras es la forma de prevención más eficaz, pero que es necesario verificar mediante serología si el lote está infectado antes de la aplicación. También se recomienda seguir los protocolos de bioseguridad junto con la vacuna para gallinas. Esta vacuna no debe usarse en aves de engorde.

»El aspecto más importante para el éxito de un programa de vacunación contra Mycoplasma gallisepticum con vacunas vivas consiste en aplicar la vacuna en ausencia de una infección de campo activa. Es importante porque los micoplasmas actúan de forma que interfieren en la infección causada por otro micoplasma. Si un micoplasma de campo ya ha infectado un rebaño, esa infección bloqueará el micoplasma de la vacuna. También es importante suspender el uso de cualquier antibiótico que tenga micoplasma en su espectro de control unos tres a siete días antes de la fecha de vacunación, para que este no perjudique la replicación de la vacuna», añade el especialista en Avicultura.

Por último, podemos resumir los impactos de la bacteria Mycoplasma gallisepticum en la finca advirtiendo sobre los peligros sistémicos de enfermedad respiratoria crónica, sinusitis infecciosa y posibles complicaciones secundarias. Entre los daños destaca la pérdida económica en la producción provocada por deformación de las cáscaras de huevo. La vacunación es fundamental para la prevención de bacterias en la granja. Aunque la vacuna contra Mycoplasma gallisepticum solo se administra en gallinas ponedoras, todas las aves de la granja deben estar protegidas contra otras enfermedades respiratorias, como Marek, Newcastle y bronquitis infecciosa.

* Francisco Ríos se graduó en Biología en la Universidad Autónoma de Coahuila y se especializó en Avicultura en la Universidad Nacional Autónoma de México y en Patología de Aves en Dutch Animal Health Service. Tiene más de 32 años de experiencia en producción y diagnóstico avícola y es colaborador de MSD Salud Animal.