Se acerca el verano y con él llegan las altas temperaturas. Es momento de tomar las medidas oportunas para ayudar a las aves a sobrevivir los largos y calurosos días por venir y que la producción no se vea afectada. Estas medidas tienen dos objetivos; por un lado, disminuir la temperatura al interior del galpón o nave y por el otro, reducir los efectos del calor sobre los pollos. Como resultado del control del estrés térmico, buscamos que el número de huevos de las gallinas ponedoras sea el esperado y un mejor peso corporal a una edad determinada de los animales, obteniendo una correcta conversión alimenticia en los pollos de engorde.
Medidas en la nave o galpón
Para reducir la temperatura ambiental se debe disminuir los aportes y aumentar las pérdidas de calor.
En primer lugar, debemos minimizar las altas temperaturas en el galpón y el acceso directo a la luz solar. Con el fin de disminuir la temperatura al interior de la nave se debe tener un buen aislamiento del techo, de ser posible un falso techo para reducir la conducción del calor y/o cubrir el techo con paja de arroz o con hojas de caña de azúcar. Adicionalmente, el techo puede estar pintado de blanco o con pinturas especiales que se encuentran en el mercado para que reflejen la luz.
Las sombras de los árboles altos y la plantación alrededor del cobertizo pueden reducir el calor radiante. La plantación de árboles debe ser tal que los árboles sean frondosos durante el verano y despoblados de hojas durante el invierno.
La profundidad del lecho o cama de las aves debe ser 2-3 pulgadas sobre el suelo, se debe mantener bien aireado, ya que la fermentación de la gallinaza produce calor. Debe evitarse el hacinamiento de las aves.
Es importante evitar cualquier obstrucción en la ventilación alrededor de la nave y en las entradas de aire por las ventanas. Aumentar el movimiento del aire sobre las aves mediante ventiladores, enfriadores y extractores. En caso de contar con ventiladores verticales se debe proyectar el aire hacia los pollos simulando un efecto túnel.
Considerar la refrigeración evaporativa mediante paneles o la nebulización en el interior de la nave a través de boquillas de alta presión.
Medidas sobre el consumo de agua
Durante los meses más calurosos del año, el consumo de agua puede aumentar hasta 4 veces. Normalmente la relación de consumo de agua – alimento es de 1:2, pero cuando la temperatura se dispara por encima de los 35ºC, esta relación puede aumentar hasta 1:4 o más.
Se debe asegurar el suministro de abundante agua limpia y fría. Se deben cubrir los tanques de agua para evitar la exposición directa al sol. En el caso de los bebederos de tetina, aislar el tubo de tetina con paños húmedos.
Medidas sobre la alimentación
Durante el verano, el consumo de alimento por parte de las aves se reduce considerablemente, lo que provoca una disminución del peso corporal, de la producción de huevos y de la calidad del cascarón.
Existen algunas medidas que se pueden tomar para evitar estos efectos. Por ejemplo, aumentar la frecuencia de la alimentación. Preferir las horas más frescas del día para alimentar a las aves, ya sea por la mañana o por la noche.
Para aumentar el consumo de alimentos y evitar la alimentación selectiva, el alimento puede darse en forma de pellets.
Dado que el clima cálido y húmedo favorece el crecimiento de moho y hongos en los piensos, se recomienda el uso constante de antifúngicos.
Aumentar la densidad de nutrientes del alimento para compensar la disminución de la ingesta de alimento. Considerar la suplementación de aminoácidos, vitaminas y oligoelementos adicionales como vitamina C, vitamina E, vitamina B2, B6 y B12 por sus efectos antioxidantes, anti estrés e inmunomoduladores.
Otras medidas
El desplazamiento, el transporte y la vacunación deben realizarse durante la noche o en las horas más frescas del día. En caso de estrés térmico severo, se pueden sumergir las aves en agua fría durante 2-3 minutos manteniendo la cabeza y el cuello por encima del nivel del agua.
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