Las parasitosis externas son problemas comunes en perros y gatos. Pueden generar molestias, lesiones en la piel o alergias entre muchos otros problemas. Sin embargo, su verdadera gravedad radica en su potencial como transmisores de enfermedades, algunas de ellas zoonóticas.
Además, gracias al cambio climático, han pasado de ser preocupaciones estacionales, para convertirse en problemas frecuentes, incluso con presentaciones durante todo el año. Por este motivo, requieren medidas de control constante y es necesario conocer el ciclo de vida de las garrapatas y las pulgas.
Ciclo de vida de las garrapatas
Aunque las especies de garrapatas que afectan a las mascotas pueden ser múltiples, ya que muchas no son especie específicas, las más comunes en nuestros territorios pertenecen a las especies: Rhipicephalus sanguineus, Ixodes spp, Dermacentor spp, Hyalomma spp., y Haemaphysalis spp.
Aparte de las lesiones que causan en la piel, y el dolor que puede significar su picadura, las garrapatas son vectores eficaces para distintos patógenos virales, protozoarios y bacterianos. Dentro de las enfermedades más comunes que se asocian a la presencia de garrapatas, se pueden encontrar: la enfermedad de Lyme, Babesiosis y Ehrlichiosis, entre otras.
Por ser parásitos hematófagos obligados, las garrapatas, en todas sus fases de vida, necesitan nutrirse de fluidos tisulares y sangre, esto les permite evolucionar y cambiar de estadio. El ciclo de vida incluye los estadios de huevo, larva, ninfa y adulto.
Normalmente, el ciclo de vida de las garrapatas que afectan a las mascotas tarda de 15 a 18 días; sin embargo, bajo condiciones ambientales adversas, puede tardar de dos a tres años, con ligeras variaciones por especie de garrapata, disponibilidad de hospederos y las condiciones climáticas y ambientales.
Adicionalmente, algunas garrapatas infestan a más de un hospedero, llegando incluso a parasitar hasta a tres individuos diferentes, lo cual, aparte de darle un potencial de transmisión importante, multiplica los riesgos cuando una mascota inadecuadamente protegida convive con otros animales en su entorno. Como ejemplo, tomaremos el ciclo vital de la garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus), la cual presenta un ciclo de tres hospedadores y pasa por estas fases1:
- Larvas (6 patas): estas se alimentan del perro (hospedador) durante unos pocos días, para luego caer y mudar al estadio de ninfa (8 patas).
- Ninfa (8 patas): la cual sube a otro hospedador, donde se alimenta por una semana, para luego caer y mudar a adulto (8 patas) que puede ser macho o hembra.
- Adulto (macho y hembra): que suben a otro hospedador y copulan sobre este. Posteriormente, las hembras se alimentan de este hospedador durante 1 a 3 semanas, para luego bajar del hospedador y hacer la postura de, aproximadamente, 2.000 a 4.000 huevos, en el suelo u otras zonas del hogar. Estos huevos eclosionan luego de 2 a 7 semanas.
Las garrapatas marrones del perro, antes consideradas como exclusivas de climas tropicales, se han adaptado a sobrevivir en zonas más templadas, aprovechando el calor de los sistemas de calefacción en los hogares o encontrando espacios en los que el clima y las condiciones son ideales. Este proceso de adaptación les ha permitido ampliar su hábitat e infestar casas, perreras, hospitales veterinarios, etc.1
Ciclo de vida de las pulgas
Los perros y gatos son hospedadores de varias especies de pulgas. Dentro de las más comunes encontramos la pulga del gato (Ctenocephalides felis) y la del perro (Ctenocephalides canis). Además, la pulga humana (Pulex irritans) puede atacar a ambas especies y al hombre.
Según el Consejo Europeo para el control de las parasitosis de los animales de compañía (ESCCAP, por sus siglas en inglés [2018]), estos insectos no solo causan lesiones e incomodidades por la picadura, sino que, en algunos hospedadores sensibilizados, pueden ocasionar dermatitis alérgica por pulgas (DAPP). Además, sirven como vectores potenciales de dipylidiosis, bartonelosis, micoplasmosis y de ricketsiosis.
El ciclo de vida de las pulgas pasa por los siguientes estadios: huevo, larva, pupa y adulto.Si bien solo las pulgas adultas actúan como parásitos, e ingieren sangre del hospedero, las formas inmaduras infestan el hogar y se convierten en la fuente de reinfestaciones al evolucionar a pulgas adultas.2
A diferencia de las garrapatas, solo las pulgas adultas permanecen sobre el hospedador, alimentándose mediante picaduras frecuentes para extraer su sangre. Estas pueden vivir hasta 160 días sobre el animal y solo unas pocas semanas en el ambiente.
Para entender el ciclo de vida de las pulgas, la cópula ocurre sobre el hospedador, la hembra ovipone alrededor de 20 huevos por día sobre la piel del huésped y, posteriormente, estos caen al suelo. Los huevos, cuando se encuentran bajo condiciones adecuadas de temperatura y humedad, darán lugar al estadio larvario.
Las larvas pasan por tres estadios: L1, L2 y L3, y se alimentan de materia orgánica del entorno. Posteriormente, pasan a un estadio de pupa, la cual se cubre de una especie de “caparazón” para protegerse y permanecer en forma latente durante 6 o más meses hasta que las condiciones sean adecuadas para eclosionar al estadio adulto. Las condiciones para la eclosión son la presencia del hospedador, que generan cambios de presión, temperatura y aumento de la concentración de CO₂.
La verdadera gravedad de las parasitosis externas radica en su potencial como transmisores de enfermedades, algunas de ellas zoonóticas.
Tratamiento contra garrapatas y pulgas
Considerando el riesgo de estas ectoparasitosis para la salud animal y humana, es de vital importancia hacer un tratamiento preventivo que sea seguro y de larga duración, el cual evitará infestaciones y reinfestaciones.
En el mercado existen diferentes productos antiparasitarios que pueden ser administrados por vía oral o tópica (Spot-On), los cuales son seguros y de larga duración. Además, existen collares con efecto repelente no solo contra pulgas y garrapatas, sino también para mosquitos y flebótomos que se alimentan de sangre y son transmisores de enfermedades como la leishmaniasis.
Una de las recomendaciones más importantes es utilizar antiparasitarios con efecto prolongado, los cuales permiten romper el ciclo vital de las pulgas y las garrapatas y, de esta forma, evitar que las formas inmaduras se conviertan, de nuevo, en parásitos adultos y sobrevivan en el ambiente a la espera de las condiciones ideales para evolucionar.
Al instaurar un tratamiento antiparasitario se debe tratar a todos los animales presentes en la casa, tomar medidas de control ambiental para controlar huevos, larvas y pupas, las cuales pueden no ser susceptibles al efecto de los antiparasitarios. Dentro de las medidas que se deben tomar, se incluye: mantener pastos cortos, aspirar alfombras, sillones, colchones; aplicar productos insecticidas formulados para tal fin, así como la elección de productos sobre las mascotas que sean adulticidas, pero que tengan, además, un efecto regulador del crecimiento.
El rol del médico veterinario es fundamental a la hora de entender el ciclo de vida de las garrapatas y las pulgas, y de asesorar, diagnosticar y tratar de forma adecuada a las mascotas, para proteger la salud no solo de los animales, sino de toda la familia.
Referencias
- Dwight D. Bowman Georgis, 2011, Parasitología para Veterinarios novena edición, ELSEVIER p. 56.
- ESCCAP(Consejo Europeo para el control de las parasitosis de los animales de compañía) Control de ectoparásitos en perros y gatos Guñi ESCCAP Nº3 Segunda Edición · Abril 2018 https://www.esccap.es/wp-content/uploads/2018/05/guia3_2018.pdf
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