Los brotes de enfermedades son una amenaza para la rentabilidad y viabilidad de las instalaciones acuícolas, no solo en Latinoamérica, sino en todo el mundo. Si bien el riesgo de contaminación no se puede eliminar, sí puede reducirse sustancialmente cuando se toman las medidas adecuadas.
La bioseguridad en la cría de peces consiste en una serie de medidas físicas y de gestión que, empleadas en conjunto, reducen de forma acumulativa el riesgo de infección en las poblaciones de animales acuáticos dentro de un establecimiento de acuicultura. Por un lado, se minimiza el riesgo de introducir una enfermedad infecciosa y propagarla a los animales de una instalación, así como el riesgo de que los animales enfermos o los agentes infecciosos salgan de una instalación y se propaguen a otros lugares y a otras especies susceptibles. Por otro lado, estas medidas también reducen el estrés de los animales, haciéndolos menos susceptibles a las enfermedades.
Estas medidas se establecen en un protocolo de bioseguridad que es único para cada establecimiento y varían dependiendo de diversas condiciones tales como, situación geográfica, factores medioambientales, especies, agentes patógenos y prácticas de cultivo.
Puntos importantes que se deben considerar para la bioseguridad en la piscicultura
- Suministro de agua y animales: obtener poblaciones sanas y optimizar su salud e inmunidad
- Control de los patógenos: prevención, reducción o eliminación de los patógenos
- Control de las personas y las instalaciones: control de las instalaciones, educación y gestión del personal y visitantes.
Suministro de agua y animales
El suministro de agua es fundamental para la bioseguridad. La fuente de agua debe ser de buena calidad, con baja cantidad de materia prima, alejada de descargas. Otro aspecto crucial es la obtención de animales saludables. Se sabe que las cepas de algunas especies de acuicultura son más resistentes a determinadas enfermedades que otras.
La buena crianza también es un punto importante a considerar en la bioseguridad de la piscicultura. De esta forma se evitan condiciones ambientales o procedimientos que estresen a los peces o que puedan dañar su piel, aletas, branquias o intestino, debido a que esto debilitaría su sistema inmunitario haciéndolo más susceptible a las enfermedades.
Control de los patógenos
Algunas enfermedades infecciosas se controlan fácilmente mediante sanitización o desinfección. Para controlar otro tipo de patógenos en ocasiones es necesario recurrir al uso de medicamentos. Sin embargo, existen patógenos, incluyendo micobacterias, algunos parásitos y diversos virus que provocan enfermedades para las cuales no existen tratamientos farmacológicos, por lo que la prevención, mediante el uso adecuado de vacunas es la mejor estrategia para su control.
La introducción de patógenos a través de alimentos vivos representa un grave riesgo de contaminación. Por esta razón, todos los alimentos vivos deben cultivarse en condiciones libres de patógenos específicos y nunca deben utilizarse directamente de entornos acuáticos naturales.
Control de las personas y las instalaciones
Uno de los controles que se deben implementar para las instalaciones es el uso de cercos perimetrales que regulen el acceso de vehículos, personas y animales al centro de cultivo. También es importante colocar pajareras o tapas para evitar el acceso de animales silvestres a los tanques de cultivo.
El personal se debe mantener libre de enfermedades, utilizar herramientas adecuadas para realizar las actividades de forma segura y seguir las medidas de bioseguridad en la cría de peces.
Se debe desinfectar el calzado, las manos y los vehículos que ingresan a las instalaciones, así como el equipo utilizado en el manejo de los peces. Las medidas de precaución relacionadas a los patógenos se deben aplicar en todas las unidades de producción.
Calidad
Habíamos hablado ya sobre la calidad del agua, pero además se debe mantener también una nutrición óptima. Los animales mal alimentados son más susceptibles a las enfermedades. Empezar con animales de buena calidad y protegerlos con vacunas ayudará a aprovechar al máximo los beneficios de la mejor nutrición y de un entorno poco estresante.
Recuerda, ¡la mejor medida es la prevención!